Tuesday 20 January 2009

José Luis Pascual, agost 2008

Javier me presentó a su madre en la inaguración de una exposición de su obra que organizamos en la Galería Trece de Ventalló.

Comentando la extraña visión del mundo que su hijo representaba me dijo : ya de niño,cuando lo sacaba a pasear por el campo, no se extasiaba con la magnitud del paisaje, la exhuberancia del color de las flores... se quedaba absorto ante las flores marchitas, los sencillos guijarros del camino...

Tiempo después Javier salía al campo para pintarlo. Trabajaba con planchas de hierro como soporte. Colocaba el caballete, encuadraba el tema y empezaba a trabajar. Con especial realismo conseguía plasmar el paisaje pero cuanto más definía la perspectiva, más cerca le quedaba lo próximo, lo inmediato y era en ese momento cuando el artista llegaba a su esencia: el más próximo primer plano, los pequeños detalles, Muchos de sus paisajes tienen un pedazo de hierro añadido en la parte inferior para poder deleitarse en ese primer plano que al principio no formaba parte del cuadro. En ese recrearse en lo inmediato ha dado lugar a su domoinio de la realidad próxima, con su color y sus texturas.

Al hacerme un retrato, que figura en esta exposición como uno de los "vigilantes de la escalera", observé que pasaba algo parecido: su atención por mi rostro fue decreciendo porque de repente le interesaron más mis manos. Me reconozco en el rostro, pero me veo transformado en alguien deformado, hosco y malhumorado, sin acertar a comprender porque me ha creado así, pero veo en las manos representado con toda claridad el trabajo y el esfuerzo que han realizado durante tantos años. Su arte las escogió como motivo principal y es ahí donde puso toda su atencón.

Javier ama la belleza. Pero como asunto subjetivo que es, nos da su particular visión. A su concepto de belleza pertenecen las cosas que ya han vivido y le interesa explicarnos cómo ha sido su vida: la chaqueta que ya no sirve para salir a la calle, de pintura y rotos que la cubren, los floreros con flores ajadas y casi marchitas (que empieza a pintar cuando estan frescas y lozanas pero que a lo largo de las sesiones devienen casi mustias en forma y color. Yo creo que demora el acabado para que suceda realmente esto), los paisajes en sus momentos de menor esplendor, (recordar el gran cuadro "La Riera Seca"), los objetos más abandonados (su viejo sillón tapado por la tela azul floreada ),los cables del enchufe, la pequeña bombilla, la toalla, el fregadero, (cuya suciedad de pintura lo convierte casi en una obra escultórica)...

Todo esto y mucho más nos lo enseña Javier en esta exposición de la Galería Cyprus.Para ello ha seguido sumergido en el mundo de la cerámica. Aquí se expresa sólo con bajorrelieves y creo que podréis apreciar todo lo que os explico.

Su dominio de la tecnica y el tratamiento del color son excelentes. Prestar atención a los detalles. El alma de las personas, de las plantas, de las flores, de los frutos, de los trastos... aparecerá derepente ante vuestros ojos. No la inherente a su calidad de cosas bellas, sino la que Javier es capaz de capturar, ofreciendola para una nueva concepción de la vida.

Nuestros paseos por el campo, a partir de ahora pueden ser distintos. Gracias artista.


José Luis Pascual
Catàleg Galeria Ciprus, 2008

Wednesday 14 January 2009

Eugeni


Llapis de colors sobre paper, 2008
121 x 185 cm.

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